jueves, 16 de septiembre de 2010

Caótica Esperanza. 16-09-2010 a las 00:48.

En el refugio de la noche, en los mejores momentos posibles,

Así puedo verte, así puedo oír tu respiración sin escucharte,

Cuando tu rostro improvisa la manera de pintarme,

Abro mi mente a las estrellas para que me inspiren sobre ti.

 

Y sobre ti, me encantaría edificar mi cielo terrenal,

En lo personal y en lo pasional haces que seamos uno,

En el abrazo, en el gesto, el beso, en tu pelo, en tu alma,

El ruido del trazo sobre el papel que improvisa tu mano,

 

Así eres, así creaste nuestro precioso mundo de un mes que suma

Sin el algún momento decide dividirnos,

Ten por seguro que los sueños se habrán cumplido

O mejor aún, que la muerte nos haya llevado por viejos y almas gemelas.

 

¿Qué sentirá el viento cuando levantando una gaviota no puede controlar?

Yo puedo gritarle, que sí lo hice, porque toque las alas desde tu cuello y me llevaste hasta el mar

Y ahí el viento se calló porque quedó hipnotizado por nuestro abrazo

Ahí es donde se encuentran mis principios, mi manera de ser, mi yo profundo.

 

Acabando, para no impacientarte por mi improvisación

Aquella que críticas porque sabes observar

Aquella que por el mero hecho de escuchar, haces que crea en mi

Y si se despierta del todo te la entrego, desde el corazón hasta tu alma.

 

 

 

 

Sencillez.

Desde la mesura y la honradez, se unen un cúmulo de causalidades,
Desde una sencillez más absoluta, una actriz hace de su vida una estrella,
Desde el rincón del alma, en el más absoluto silencio, observa despacio,
Desde un andén desierto, nace el agua que dará vida a lo que sueña.

En el aquí y en el ahora, en el desván pequeño, ha posibilitado lo imposible,
Quien hace magia interpretando, tiene ganado el cielo terrenal infinito,
Cuanto más grande es su suspiro, más agonía siente la mentira porque calla,
Por la dulzura con la que actúa, sin haber visto ningún acto, improviso lo que escribo.

Sin existir creencia en quien es perfecto, la imperfección se convierte en belleza,
Cuanto puede verse, cuando el escenario es una forma de ser y padecer,
Cuanto puede hallarse, al pintar sin pincel una historia inventada y patentada,
De tanto amor se dispone, que no hay cartel que no cubra su mirada.

El día en que reciba aplausos y amigables susurros por ser dama,
Jamás renuncie, a lo que es, pues por eso mismo estuvo en la batalla,
Y quien aconseje en la ignorancia verdadera, tomará su mano porque allí estará su alma,
Al mismo tiempo, la elección es la templanza.

Termina aquí el tercer y último acto personificando sin miradas,
Sin ataduras, sin complejos, sin hermanamiento ya ha sido tomada,
Deseo tanto, que de su vida no se haga actriz, no hace falta interpretarla,
Por eso expongo mi rubrica a quién realmente es venerada.