jueves, 23 de septiembre de 2010

Espacio Tolerante.

¿Por qué el deseo de la identidad cae en el olvido?

Cuando hay una duda se actúa por el impulso adecuado

Y sin fingir cada paso atrevido, hay mordeduras del pecado

Éste es aquel que atrae y siente, tanto arriba como abajo.

 

La personalidad es dueña de una forma cambiada

Ese deseo carnal, ha sido más que patentado

En la charla, la burla, la inercia, en la pared presente

Todo el sendero que siente, agita a la montaña callada

 

El Sabio que aprende, que desaprende continuamente

Habrá quién diga que no es el acto adecuado

¿Y tú tienes acaso la llave del tiempo?

Cuando entiendes que un momento haces del viento una llave.

 

La elegancia del sastre, lo diría Einstein incluso de calle

Todo el mensaje, contexto, emisor, receptor, no pueden cambiarse

Se adecua, se lanza, se expande, pero no por eso el barco cae

Incluso sin eso, sin capitán, ni caminante es retaila de ignorante.

 

Los aconteceres, que traen Luna nueva sin llamas

En los principios del mundo que atraían la madrugada

Te tuteo, sin ninguneo, para nada encadenado

Obseso de eso, pongamos nombre a lo inventado.

 

Esto no es un desahogo, ni marchitar lo que se planta

Ni para atraerte, sabemos que no callas para nada

No es un poema Becqueriano,  ni tan siquiera romance

El estribillo se expande, para así hacerlo tolerante.

 

Me despido porque esperas, así que no habrá batalla

Pero habrá una cita pendiente, sigo abierto y ardiente

Así, aquí tienes, no es vengaza, ni tortura

Tan solo matar el tiempo que es lo que basta.




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